
Ya no siento dolor,
ya no siento pasión,
te veo en el umbral
desfalleciendo sin
ningún pormenor.
Las cicatrices se desvanecen en mi piel,
sin dejar rastros del ayer,
se ocultan las marcas del suplicio
que engendraste a cada minuto,
en mi cuerpo que dejo de ser
sembradío de terror.
Vuelvo a ser huerto,
libre de malezas,
Te veo en el umbral desfalleciendo,
con el puñal que yo inserté en tu costado,
sin sentimientos, empuñado con amor.
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